La Anciana Zárate

Muchos en Costa Rica hemos escuchado hablar sobre leyendas tales como el Cadejos, la Llorona y el Padre sin Cabeza. Muchas de estas historias las encontramos representadas como mitos que se repiten en todo el orbe, variando en su forma externa pero conservando su naturaleza interna o esotérica. En la tradición de la brujería las enseñanzas generalmente son trasmitidas de boca a oído; este método guarda sus símbolos en las historias míticas, leyendas populares e incluso en las rondas infantiles.
Este proceso de comparación se puede llevar a cabo gracias a las leyes de analogía las cuales permiten encontrar y descifrar ese modelo que se repite en el universo, el cual hace su expresión en toda la manifestación desde un átomo hasta una galaxia cuando decimos “como es arriba es abajo”.
Es necesaria una buena noción en temas relacionados con mitología comparada para poder traducir los símbolos en arquetipos y substraer las enseñanzas de cada historia, cada uno de nosotros queda responsable de la interpretación que pueda encontrar leyendo entre las líneas.
Para los Wiccanos en Latinoamérica es de suma importancia conocer sobre estas correspondencias arquetípicas, y lograr descubrir las perlas de sabiduría ocultas en nuestros propios mitos.
Aplicando estas leyes de una forma práctica podríamos tomar como ejemplo la leyenda de la Bruja Zárate, la cual nos cuenta de una forma resumida lo siguiente:
“En los tiempos de la colonia, existía entre los aborígenes una mujer de gran orgullo y fuerza, esta mujer conocía los secretos de la naturaleza, como muchas mujeres sabias optan por vivir alejadas del bullicio”. Continúa la historia diciendo que esta mujer se enamora de uno de los españoles colonizadores. Hasta este momento es fácil encontrar similitudes con otras historias tales como: Pocahontas (una mujer que hablaba con un árbol llamado La Abuela Sauce, un símbolo fácil de notar por los Wiccanos ya que el sauce es un árbol estrechamente relacionado con la brujería), continuando con la historia se dice que “Zárate, fue traicionada por el español, dejándola sola después de haberle prometido matrimonio”; la historia continua con una serie de eventos que pueden variar dependiendo de la versión de la historia, para concluir con que “Zárate lanza una maldición sobre el pueblo entero convirtiéndolos en animales y atrapándolos dentro de una enorme roca, al español lo transforma en un pavor real”.
Se dice que Zárate vivía en una cueva cerca de la roca y desde ahí cada cierto momento visitaba a su pavo real abriendo una puerta mágica en la pétrea vivienda.
Ahora bien que podemos develar de esta historia aplicando las leyes de correspondencias a las cuales nos referimos anteriormente; analicemos algunas de las partes de la historia.
Zárate representa el arquetipo de la vieja bruja, definitivamente Zárate encarna el aspecto de la anciana, en otras palabras el del tercer aspecto de la Diosa o Luna Menguante, la Arpía capaz de hacernos aprender por el sufrimiento, ella es la que usa el flagelo sobre nuestras almas para darle forma y purificarnos para la gran iniciación, además vemos en este aspecto una especie de “Agente del Karma”, la cual asegura que toda causa tenga su correspondiente efecto.
El español representa a cada uno de nosotros, el conjunto de vicios acuñados en un personaje; hay que recordar que para los antiguos paganos alrededor del mundo el honor era visto tan valioso como el oro, y el español rompe su promesa de casarse. La leyenda nos dice la importancia del honor dentro de un determinado grupo social, ya sea la familia, el coven al que pertenecemos, nuestro país, etc.
El honor en una forma más profunda puede ser interpretado como el Dharma, el cual es la responsabilidad que tenemos para con nosotros y los que nos rodean, también representa nuestro camino de servicio y lealtad hacia nuestro sendero espiritual.
De una forma sencilla la leyenda nos muestra que cada uno de nosotros es responsable de cada acto que haga, y nos indica que la Anciana vigila constantemente el que la Rede sea respetada hasta su última palabra: “Haz lo que quieras, mientras no dañes a nadie”. Cada Wiccano de intención pura y sincera sabe lo terrible del juramento de iniciación.
Otro elemento que podemos rescatar es el hecho de que tanto el español (ego) como el pueblo (conjunto de aspectos de la personalidad) son transformados en animales y encerrados dentro de una roca; por analogía cada animal tiene su correspondencia en el plano astral, y por lo tanto corresponde a una emoción propia de los humanos. Por ejemplo escuchamos de hombres lobos (irracionalidad), hombres vampiros (sensualismo), y podríamos describir una gran gama de ejemplos, todos estos aspectos deben de ser aprisionados y transmutados por la piedra filosofal, capas de transformar los metales densos de la personalidad en el oro del espíritu, esta es la gran obra por la cual debe de trabajar cada Wiccano en el Athanor de nuestra tradición que es el caldero de la inspiración donde la magia en cocida dentro del círculo mágico.
En realidad, ésta es una de las tantas explicaciones que se pueden rescatar, lo importante no es que las diferentes interpretaciones coincidan, lo importante es hacer la gimnasia mental y despertemos las cualidades intuitivas para dejar que nuestros dones innatos se asomen desde el mundo de los Dioses a nuestro plano de la existencia.

Por Lord Cernunnos
Coven Awen
W.T.H.